“Pese a la Ley Nº 16910, que dispone la erradicación de toda actividad política, el peronismo recalcitrante prosigue activamente su acción dentro y fuera del país”. La advertencia corresponde al Informe de Inteligencia Nº 3 de la DIPPBA sobre “Actividades recientes y actuales en setiembre de 1966. Acciones políticas en la clandestinidad”. El folio forma parte de un frondoso cuerpo de documentos que integran un legajo con el rótulo “17 de Octubre” compuesto por 3400 fojas, dividido en 13 tomos distribuidos por año.
Desde 1965 y hasta 1995, entre septiembre y octubre de cada año, la DIPPBA reunió material doctrinario, órdenes, informes y memorandos. También recolectó una gran diversidad de recortes periodísticos y panfletos que dan cuenta de la territorialidad, dimensión y carácter de las organizaciones que, a pesar de la proscripción, buscaban canales y estrategias de expresión para evocar el 17 de octubre de 1945 y exigir, en los primeros años, la vuelta de Juan Domingo Perón.
Si bien la DIPPBA se creó bajo el discurso anticomunista -dado el contexto de la Guerra Fría y bajo los supuestos regidos para las agencias de inteligencia donde se impartía que todo enemigo social y político de tendencia comunista debía ser vigilado, controlado y perseguido-, no omitió en su accionar a los actos de resistencia del peronismo proscripto de aquellos años. Más aun, muchas veces el peronismo era amalgamado al comunismo para adaptar las circunstancias locales al contexto internacional. Años después de esos primeros pasos de la DIPPBA, el espionaje y control fue directo a quienes cuestionaban el orden establecido, a quienes buscaban un cambio social, a quienes se atrevían a pensar distinto. En fin, ya sean comunistas, trotskistas, radicales, peronistas lo importante era realizar inteligencia a quienes eran o podían convertirse en peligrosos.
Más allá de los informes de inteligencia, el material sobre el peronismo archivado por la DIPPBA permite reconstruir dos décadas de historia del movimiento, identificando actores, conflictos internos, proclamas. También puede advertirse, en documentos originales recolectados por la agencia, la espontaneidad de la acción política y las condiciones de precariedad que no perdieron fuerza, aun en un contexto de persecución y hostigamiento. Por ejemplo, en 1966, agentes de la policía bonaerense encuentran en la calle y remiten un panfleto escrito a mano que dice: “Durante 10 años Perón dio felicidad al pueblo, hoy nos pide una cinta o bandera argentina en nuestra casa y solapa. No le podemos fallar. Del 8 al 17 de octubre Embandere su casa-use una escarapela. Movimiento Nacional y Popular Pro-retorno de Perón”.
En muchas ocasiones, esta información servía no sólo para dar cuenta de la movilización en torno a la fecha conmemorativa sino también para realizar una evaluación política del momento. En esos análisis, se destaca un particular interés por las divisiones hacia el interior del peronismo. Por ejemplo, un informe de inteligencia fechado el 7 de octubre de 1968 expresa en estos términos las luchas en el sindicalismo: “Se cree que Vandor aprovecharía la oportunidad para concretar el aniquilamiento de la CGT de Paseo Colón”.
Para la DIPPBA, las disidencias y conflictos políticos en el peronismo ocupaban un lugar central. Así, en 1974, se observa la selección y sistematización de las proclamas y panfletos en dos grupos: por un lado, los comunicados de las 62 Organizaciones y el Partido Justicialista que llamaban a la Plaza de Mayo bajo la consigna de “Leales a Perón. Leales a Isabel”. Por otro lado, las columnas de Montoneros, el Partido Auténtico Peronista, las FAP o el MR17 convocaban contra Isabel y adoptaban en sus proclamas un carácter combativo, citaban al Che Guevara y asumían el camino hacia la “patria socialista”.
Estas pequeñas citas son sólo una muestra. Paradójicamente esa institución que persiguió, espió y reprimió al movimiento construyó un archivo sistemático de documentos sobre el peronismo.