La preocupación por la actividad del peronismo ya estaba documentada en un informe de inteligencia de 1965, el primer año del registro sistemático que la DIPPBA elaboró sobre el 17 de octubre. En ese documento, los agentes de inteligencia informaban sobre la actividad panfletaria a la que consideraba de “gimnasia revolucionaria”, y advertían: “Aunque violento así debemos llamar en un lenguaje técnico a esa actividad, el peronismo tiene un objetivo inconfesado de producir el caos para precipitar la llegada al país de Juan Perón”.
Como organismo consultivo, las agencias de inteligencia demostraban un particular interés por el análisis político de este movimiento. Así, en otro informe de inteligencia se lee bajo el título de “APRECIACIÓN”: las solicitudes de permisos interpuestas y las que puedan presentarse ante las Policías locales para realizar celebraciones, sirven a los dirigentes como cobertura ante las bases para justificar “que han querido dar vivencia al 17 de octubre”, pero lo real es, que cada uno de los dirigentes que presentaron estas solicitudes, sabe de antemano que están viciadas de nulidad”.
Ante la vigencia de estas leyes proscriptivas, y a efecto de cumplir con la misión de “evitar la realización de actos en lugares públicos, ya sean programados o de tipo ‘relámpago’”, la Dirección General de Seguridad comunicaba cada año una “Orden de Servicio Operativa Secreta” para conocimiento de la DIPPBA, entre otros organismos de las fuerzas armadas y de seguridad.
En 1972, por ejemplo, el plan de acción incluía “acuartelamiento. Patrullajes y acción psicológica. Estado de Alerta”, y a la DIPPBA se le requería mantener “permanentemente informado sobre la situación al Organismo Central debiendo suministrar PANORAMA a las 12.00, 15.00, 18.00 y 21.00 horas, sin perjuicio de adelantar a la Dirección General de Seguridad toda novedad que se produzca sobre el particular”. En la misma orden operativa, escrito a mano y atento a cambios en la organización, se avisa “ordenó Sr. Martínez que la hora debe ser: 10; 13; 16 y 19. Se avisó a las Delegaciones”.
En respuesta llegan memorándum de distintas delegaciones que dan cuenta del control y vigilancia de los actos realizados; estos informes son remitidos al Jefe de la SIPBA como DSN, y factor A, es decir, factor político. Se informa lugar, fecha, hora de comienzo y final, cantidad de asistentes, resoluciones adoptadas, clima en que se desarrolló e identificación de elementos perturbadores. A continuación, el agente informa los “aspectos más salientes de los discursos pronunciados”: expositores y cargo, ideas y concurrentes, banderas.
El informante en Escobar comunicó que “observó una reunión de alrededor de 150 personas frente al local del Partido Justicialista […] entonaban estribillos y cánticos partidarios”. Otro refiere a un acto en Pergamino: “El mismo dio comienzo a las 21,05 Hs. con una concurrencia de aproximadamente 500 personas en el local de U. Ferroviaria Mitre. Tras cantar la marcha peronista y el himno nacional, los asistentes hicieron un minuto de silencio en honor de ‘los jóvenes recientemente asesinados y Eva Perón’”.
Un informe fechado el 23 de octubre en La Plata agrega un elemento que no solía ser común en esa época: el registro fotográfico “para enriquecer información y archivos” y agrega: “Adjunto elevo al señor Director del Organismo, cuatro fotografías, correspondientes al acto peronista del 17 de octubre en la sede central de ese partido político y una del atentado a la familia xxx donde se aprecia a la hermana del Ministro de Trabajo; a fin de que sean incluidas a los respectivos legajos”. El agente firma como ANACLARA. Ese nombre se repite en otros memorandos e informes.
El relevamiento se extendió a todas las regiones y centros operativos de la DIPPBA; en los lugares donde hubo incidentes y se produjeron detenciones, los informes fueron acompañados con los datos personales recabados en la indagación policial. Estos documentos dan cuentan de la observación y espionaje que los agentes de inteligencia realizaron sobre los actores políticos –particularmente sobre el peronismo– y la capacidad para infiltrarse en los encuentros y movilizaciones.