Después de 18 años de exilio forzado y de proscripción de su movimiento político, Perón retornó a la Argentina en junio de 1973. El peronismo en su conjunto se movilizó para recibirlo desde todo el país hacia el aeropuerto internacional de Ezeiza. Pero lo que se esperaba como una gran fiesta popular devino en masacre. En su ingreso a las inmediaciones del escenario dispuesto, las columnas de manifestantes fueron sorprendidas con un tiroteo desde el palco que culminó con una cantidad indeterminada de muertos y heridos. Fue una jornada trágica para la historia política del país.
Distintos organismos de inteligencia relevaron contingentes movilizados procurando identificar la pertenencia política y medios de transporte utilizados.